Casi fuimos novios
- Nicole Rodríguez
- 30 may 2021
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 21 ago 2021

Cuando estaba en segundo semestre en la universidad, en mi curso conocí a un compañero nuevo que estuvo antes en otro grupo. El muchacho resultó ser el más aplicado, era quien siempre tenía notas altas y siempre discutía con los profesores los temas que se presentaban en clase.
Como la mayoría de veces hacía preguntas durante clases eso llamó mi atención y lo empecé a notar más de entre los demás compañeros.
Un día cuando terminó la hora de clase y todos salieron, él y yo nos quedamos solos en el aula, así que esa fue la primera vez que pudimos conversar. Nos empezamos a llevar bien e interactuamos más seguido.
Desde el inicio ambos nos dimos cuenta que éramos polos opuestos en varios aspectos y de algún modo eso nos atrajo hasta que los sentimientos cambiaron. Nos empezamos a gustar y de a poco el ambiente se tornó más romántico entre nosotros. Salíamos juntos en nuestro tiempo libre, andábamos por el campus juntos, así casi a todo lado.
Empezamos a tener problemas y discutir seguido porque él criticaba mis gustos, o me decía que no le agradaban mis amigas. Discutíamos y nos distanciábamos unos días pero luego volvíamos a estar juntos. Siempre regresábamos, hasta que una vez él se me declaró y me pidió que fuera su novia. Yo no acepté porque sabía que incluso sin tener algo serio lo nuestro no era estable y que en algún momento él se enojaría conmigo por cualquier cosa como era la costumbre.
De alguna manera él aceptó que lo nuestro continuara como estaba y seguimos saliendo. En esa época conocí a otros dos chicos que me interesaron, uno de ellos estaba en mi universidad y cursaba otra carrera mientras que el otro era el chico del que hablé en el blog 'el peor crush'.
Después de haber conocido a estos chicos, mi curso tuvo una convivencia en un complejo de la universidad, ahí realizábamos varias actividades y debíamos quedarnos en ese lugar desde la mañana hasta la tarde. Días antes salí con el 'peor crush' y al mismo tiempo había estado alejada del chico de mi curso; durante la convivencia él estuvo en un grupo y yo estuve en otro así que no tuvimos oportunidad de conversar hasta el receso.
Cuando llegó el receso nos acercamos y platicamos, le conté que había salido con un chico y al escuchar eso se alteró, comenzó a gritarme y preguntarme por qué había salido con alguien más, me dijo que yo no lo quería y me hizo quedar en vergüenza en frente de todos. Se portó muy posesivo incluso cuando yo le dije que no había motivo porque al fin y al cabo no éramos novios y no habíamos quedado en ser exclusivos. Seguido de eso y con lo molesto que estaba abandonó la convivencia antes de que terminara y antes de irse me dijo que se iba a encontrar con una chica, lo que hacía a manera de venganza.
Yo me quedé algo triste pero molesta al mismo tiempo por lo que sucedió y luego obviamente nos volvimos a distanciar. En el tiempo que mantuvimos distancia me acerqué más al chico que también estaba en mi universidad, como amigos claro. Mientras que él por su lado comenzó a llevarse con una chica que era de nuestro curso, al inicio parecía que sólo eran amigos pero luego hubo algo más que amistad.
Otra de las cosas que no ayudaron en lo nuestro además de lo tóxico que me demostró que era fue el hecho de que se dejaba llevar por los chismes mal intencionados de nuestros compañeros de clase que le llegaron con el cuento de que yo ya tenía algo con mi amigo que estaba en otra carrera, también le hablaban mal de mi y él no hacía el menor esfuerzo por defenderme y me contaba tal cual las cosas que decían de mi.
Yo intentaba soportarlo todo porque en el fondo creía que estaba enamorada de él y porque él siempre me decía que me quería, que yo era el amor de su vida y otras cosas así que solían hacerme olvidar del enojo o del mal rato que él me hubiera hecho pasar.
Pero aunque el decía que me amaba y tal, comenzó a pasar más tiempo con la chica que mencioné antes a quien voy a llamar 'Andrea'. Desde que ambos se volvieron cercanos él no dejó de compararme con ella. Llegó a decirme que Andrea era más cariñosa, que ella le caía mejor a sus amigos, entre otras cosas y al final no faltaba el 'pero yo te amo a ti'. Esto fue motivo de varias discusiones y claro no faltó que él sacara el tema del amigo que yo tenía para hacerlo todo peor.
Lo nuestro en serio no estaba funcionando y de repente un día vino y me dijo que el próximo semestre ya no regresaría porque se iba a Colombia. Se despidió de mi, me dijo que me quería y me regaló unas cartas. No todo quedó mal pero yo en serio creí que ya no regresaría. Vaya sorpresa me llevé cuando fui a clases y lo vi ahí como si nada.
Yo estaba muy molesta porque me mintió y luego me enteré que incluso se cambió de grupo para que no fuéramos compañeros y así no tener que lidiar conmigo. Cosa que no le salió del todo bien porque en las clases de Inglés si le toqué de compañera.
A regañadientes iba a las clases de Inglés, hasta que por cosas del destino volvimos a cruzar palabra.
Aunque no éramos novios y mucho menos una pareja seria lo nuestro siempre fue intermitente y se mantuvo así como por un año. Desde que nos reunimos otra vez lo nuestro no cambió, él continuó comparándome con Andrea, siguió criticándome y no dejó de enojarse por cosas minúsculas.
Su excusa siempre fue la misma, decía que me amaba, que yo era el amor de su vida pero yo ya estaba cansada de vivir así. El sólo hecho de ir a clases y tener que verlo me agotaba, ya no era feliz.
Como era costumbre un día estábamos discutiendo por algo y me dije es suficiente. Le dije que se terminó, que ya no podía más y me fui. Desde atrás escuchaba como gritaba mi nombre y montaba una escena en la calle. No volteé a ver, tomé el bus a mi casa y por primera vez en muchísimo tiempo me sentí libre. Me había quitado ese peso de encima y así le puse punto final a esa nada que se sintió como un todo.
Ahora cuando lo recuerdo me siento molesta conmigo misma por no haber terminado con él mucho antes, las banderas rojas estuvieron frente a mi todo el tiempo pero no hice caso y me lastimé.
Esta experiencia me ayudó a no confiar tan fácil en alguien, a saber decir no y sobre todo a quererme y aceptarme tal y como soy.
Les cuento esto para que no hagan lo que yo hice y que sepan reconocer acciones que no son sanas. Recuerden que si alguien en serio te quiere no te hace sentir miserable, ni te llena de dudas, no te compara y mucho menos deja que terceras personas hablen mal de ti. Nadie merece eso.
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